Si hay un actor que ha sido querido por todos por su simpatía, bondad y carisma, ese fue Tony Leblanc, fallecido el pasado día 24. Antes de triunfar en el cine había probado de todo: bailarín, cantante, boxeador y futbolista, pero terminó en la compañía de revista de Celia Gámez y de ahí definitivamente al cine.
Recibió un Goya de honor en 1994 por el conjunto de su carrera y otro en 1998 como mejor actor de reparto por Torrente : el brazo tonto de la ley.
De su filmografía hay tantas películas inolvidables que citaremos unas pocas: Historias de la televisión, El tigre de Chamberí, Los tramposos, Los que tocan el piano, 3 de la Cruz Roja, El día de los enamorados, Las chicas de la Cruz Roja y un larguísimo etcétera.
Le rendiremos homenaje entre el 10 y el 15 de diciembre.
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